Eduardo Chamú llegó a Estados Unidos en 1992, su objetivo: buscar un trabajo y aspirar a una mejor vida.
Es originario de Guerrero y se dedica a fabricar instrumentos de albañilería. Después de 12 años, en 2004, pidió ayuda legal para regularizar su situación migratoria “con un notario” que lo defraudó. Por esta razón, recibió una orden de deportación.
A su situación migratoria se sumó que en 2009 su esposa lo abandonó con sus seis hijos, con edades de entre tres y 12 años.
Hoy, diez años después de que se hizo papá-mamá de sus 6 hijos, Chamú recibió su tarjeta de residencia permanente.
Logró tener su green card debido a ley de inmigración 42B, la cual es otorgada a personas que han vivido al menos 10 años en Estados Unidos, que hayan tenido ‘buena conducta’, tener hijos nacidos en ese país, incapacidad, tener una propiedad, entre otras.
‘Estoy muy contento de andar cargando ya mi tarjeta de residencia permanente, porque uno anda con el Jesús en la boca de que lo avienten a uno hasta México, por no tener papeles’.