“No estoy arrepentida”, dijo enfática Irma Reyes, tía de Mario Alberto R. N., fue ella la que dio aviso a las autoridades de su escondite.
En entrevista con Milenio, la mujer relató que recibió y protegió a la pareja en su casa ubicada en el Estado de México “sin saber lo que estaba pasando. Me siento avergonzada, pero no arrepentida de haber hecho lo que hice, de haberlos denunciado”.
Mario Alberto, su esposa y tres hijos llegaron a casa de doña Irma desde la tarde del pasado 16 de febrero, “al principio no me di cuenta, no imaginé lo que habían hecho”.
Ella asegura que al en las noticias lo retratos de los asesinos de Fátima “sentí mucho dolor y vergüenza, porque es de mi sangre”.
Tenía muchos años de no ver a su sobrino, “lo dejé de ver cuando tenía tres o cuatro años”, luego de que el padre del ahora detenido se suicidara.
“Nadie había vuelto a ver a Mario. Venía con los tres niños y la chica (Giovanna), y me dijo: ‘Soy yo, su sobrino Mario’. Entonces yo me acordé del hijo de mi hermano Pepe, que en paz descanse, y le dije: ‘Hijo, soy tu tía Irma, ¿te acuerdas?’. Me dio un abrazo y me dijo que eran sus hijos y su mujer. Me preguntó por cuartos en renta y le dije que se quedaran conmigo en la casa, pero me contestó que querían estar solos para no causar problemas a la familia”.
“Ya no tuve acercamiento con ellos hasta el miércoles, cuando vi en la tele primero la foto de Giovanna, pero me quedó la duda. Luego, enseguida sacaron la de mi sobrino y luego luego lo reconocí”, agregó.
Cuando los identificó los encaró y los cuestionó sobre el asesinato de la niña Fátima.
La tía de Mario señaló que Giovanna aceptó que entre ambos la estrangularon con dos cinturones.
“Me confesó que conocía a la niña y a la mamá. Pedí a Mario que se bajara con los niños para hablar con ella. Cuando él se va, Giovanna se me hinca y me pide ayuda porque él fue quien la mandó”.
Giovanna le contó que “él siempre me decía que quería un ‘regalito’, una niña para que fuera su novia y que si no se la llevaba, él iba a hacerlo con mis hijas. Él le hace a la mariguana. Por eso me fui por Fátima. Yo se la llevé”.
Tras abusar sexualmente de la menor, Fátima lloraba mucho, y Mario decidió que la mataran.
La tía decidió denunciarlos. Mario Alberto sospecho y trato de irse “me dijo: ‘Ya me voy, tía’. Y yo le dije: ‘Mira, hijo, sí la voy a llevar, pero acompáñame al monte. Ahí la vamos a dejar’. Y salí con los dos, caminamos, pero me daba miedo. En eso venían los municipales y les dije: ‘¡Ya, se acabó, hasta aquí llegó!’ Entonces ella se pone a llorar y él quiere irse, yo lo detengo de la cintura y le dije: ‘¡No, tú también tienes que pagar tu delito!’ Y me dijo: ‘¿Por qué me hizo eso, tía?’”, relató.
Sobre la recompensa de 2 millones de pesos para quien informara sobre la pareja, la mujer afirmó que lo único que quiere es que se haga justicia.
“Soy mujer, he sido violada. Tiene que haber justicia. Y no quiero lucrar con esto, yo no sé nada de si van a dar (una recompensa)…yo solo quiero que se haga justicia”.
Con información de Milenio.