El ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se metió en un graves problemas debido a algunas confesiones que hace en sus memorias. En el libro, publicado el año pasado, Bush admite que autorizó, promovió y sabía que se estaba usando la técnica de waterboarding para torturar a presuntos terroristas.
También admitió al periódico británico The Times que “por supuesto” que había autorizado que se utilizara este controversial método – en el que se simula ahogar al prisionero – con Khalid Sheikh Mohammed, la mente maestra tras los atentados del 11 de septiembre.
La Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) alertó a las autoridades suizas para que abran una investigación contra Bush si pone un pie en territorio suizo. De acuerdo con esta Organización, todos los países firmantes de la Convención contra la Tortura de 1987 – entre los que está incluido Suiza – tienen la obligación de perseguir este delito.
Amnistía Internacional, organismo que lucha por los derechos humanos alrededor del mundo, ya envió a la fiscalía suiza información para que comience con la investigación.
George W. Bush se vio obligado a cancelar una visita a una cena de caridad en Suiza el próximo 12 de febrero, debido a las amenazas de protestas contra su estancia en ese país; y probablemente también por la posibilidad de ser arrestado en ese país.