Es difícil salirse de círculos viciosos cuando no te has dado cuenta de qué es lo que anda mal.
Quedarse en casa a veces representa un problema para la estabilidad mental de las mujeres, sobre todo cuando estaban acostumbradas a trabajar. El instinto materno te despierta las ganas de pasar todo el tiempo al lado de tu bebé y es perfectamente aceptable tomar la decisión de ser ama de casa. Vivir como madre de tiempo completo es absorbente, y cuando menos te das cuenta ya no tienes muchos temas para platicar. Eso no representa un problema con tus amigas, pero la vida social y de pareja se va mermando. ¿Y quién es el culpable?
Tu marido. Porque llega tarde, porque sale de viaje o porque se divierte. Dicho así suena ridículo, pero dándole una buena pensada, hay que aceptarlo: Te da envidia que él se la pase bien.
Tú podrías salir si quieres, inclusive podrías empezar el proyecto que has traído en mente por años. Es sólo cuestión de decidirte y cambiar la rutina. Tu pareja está ahí para apoyarte y es su obligación buscar, junto contigo, la forma en que ambos estén contentos. Ya sea contratando alguien de confianza que se encargue un rato de los niños o en un caso extremo, cambiándose de trabajo para que los 2 tengan tiempo de estar en casa.
A veces poner un negocio o estudiar algo nuevo es la solución para un matrimonio con problemas. Si no lo puedes pedir o él no está dispuesto a hacerlo, entonces habría que replantear su plan de vida (porque llevas las de perder). Sólo recuerda que no importa cuál sea la resolución, nunca será tan difícil como parece.