Esto está sucediendo en España: han disminuido en número de matrimonios bajo el rito católico, en comparación con las uniones civiles.
De los matrimonios registrados en 2009, el 64.3% se casó únicamente por el civil. A esto se suma una creciente solicitud de nulidades que es el equivalente al divorcio en el trámite civil.
Ante esta situación, el Vaticano ha encendido las alarmas, ya que existe la preocupación que esta tendencia se propague en todo el mundo. El Papa declaró que el matrimonio no es un derecho, sino un Sacramento sagrado.
Sin embargo, los fieles presionan fuertemente a los curas en su comunidad, tanto para conseguir las nulidades de sus matrimonios fallidos, como para volver a casarse por la Iglesia.
Hasta ahora, la Biblia dicta claramente: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”, de ahí que casarse dos veces por la Iglesia esté prohibido.
En respuesta a la inestabilidad matrimonial que se vive actualmente, el Papa Benedicto XVl solicitó endurecer los criterios para aprobar una nulidad, así como para llevar a cabo un matrimonio católico.
Añadió: “El derecho a casarse, o ius connubii, se debe ver en esta perspectiva. No se trata de una pretensión subjetiva que los pastores deban satisfacer mediante un mero reconocimiento formal, independientemente del contenido efectivo de la unión. El derecho a contraer matrimonio presupone que se pueda y se quiera celebrarlo de verdad y, por tanto, en la verdad de su esencia tal como la enseña la Iglesia. Nadie puede reivindicar el derecho a una ceremonia nupcial”.