A pesar de que la industria de cine Hollywood parece apostar a las superproducciones para atraer al gran público, en las entregas del Oscar de los últimos años vienen ganando posición, tanto entre los nominados como entre los ganadores, los filmes que no superan los 30 millones de dólares de presupuesto.
Se trata de las denominadas producciones indies, o independientes, que suelen tener muy buena recepción en festivales como el de Sundance, creado por el actor Robert Redford. El objetivo de estos concursos es dar espacio, y difusión, a esas películas que cuentan historias pequeñas e íntimas, que no recurren a los efectos especiales para sorprender a los espectadores.
En la edición del 2010 de la entrega de premios de la Academia de Hollywood, precisamente, The Hurt Locker se quedó con los galardones a mejor filme y mejor director, siendo la primera vez que caía en manos de una mujer, Kathryn Bigelow. Le ganó a su ex esposo, James Cameron, que competía con su epopeya en 3D, Avatar, una producción millonaria.
Este año, entre las 10 nominadas a la estatuilla más importante hubo dos ejemplos que confirman que un gran presupuesto no es siempre sinónimo de buenas películas: Winter’s Bone y 127 Hours. Dos tramas simples, con buenas actuaciones y una dirección elogiable, que llegaron a lo más alto.
Fuente: Público