Un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona ha dado un paso hacia lo que los científicos denominan la curación funcional del sida, es decir, que aunque el paciente esté infectado por el virus (VIH), nunca llegue a enfermar y, lo más importante, que para controlar la carga viral no tenga que tomar toda su vida el cóctel terapéutico con el que se consigue frenar la progresión de la infección.
El grupo de investigadores liderado por el doctor Josep Maria Gatell, han creado una vacuna terapéutica contra la enfermedad que ha logrado la mejor respuesta virológica conseguida hasta la fecha al reducir temporalmente hasta un 95% la carga viral del infectado, lo que representa disminuirla más de diez veces.
La vacuna, utiliza las células dendríticas del paciente «pulsadas» , cruzadas, con el virus del mismo enfermo, que ha sido previamente inactivado por calor en el laboratorio, lo que hace que la infección frene su expansión.
Al inocular la vacuna creada con las células del paciente y el virus inactivado, el cuerpo reacciona y se activa la respuesta inmune, por lo que no progresa la enfermedad. Por contra, si no se desactiva el virus (lo que ocurre en una infección natural), las células dendríticas, las mensajeras que se encargan de decir al organismo que hay infección y por tanto de hacerlo reaccionar a la agresión, actúan como un caballo de troya y llevan el virus hasta los ganglios linfáticos, donde infectan el sistema inmunitario.
Efectiva en el 95% de los casos
Los científicos probaron su nueva vacuna terapéutica con 24 infectados por VIH, y comprobaron que era efectivo en el 95% de los casos, frente a los 12 pacientes del grupo control que fueron tratados con células dendríticas sin pulsar y que mantuvieron sus niveles de carga viral suficientemente elevados como para proseguir con la infección.
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