¿Por qué no quieren a Obama en Latinoamérica?

Igual que para los norteamericanos, Barack Obama se convirtió en un símbolo de esperanza para América Latina. En sus promesas de campaña, había muchas enfocadas a fortalecer la relación con los países de la región, de convertirlos en socios igualitarios.

Entre las promesas que hizo, estaba el hacer de la Cumbre de las Américas un evento anual, designar un Enviado Especial para las Américas, aumentar la ayuda económica a la región y, la más importante: una reforma migratoria que legalizaría a millones de hispanos viviendo en Estados Unidos.

De todas estas promesas, no ha llevado a cabo ninguna.

Haciéndole justicia a Obama, no podemos atribuirle toda la responsabilidad. Después de todo, en los últimos 2 años y medio ha tenido que lidiar con la peor crisis económica en la historia de Estados Unidos, una muy necesaria reforma de salud que no tenía apoyo ni siquiera dentro de su partido, y guerras (heredadas) en dos frentes, han ocupado su atención.

Pero parece no ser una buena excusa para los países que visitó recientemente. En Brasil, Chile y El Salvador, Obama ha sido recibido con protestas y reclamos, unos más fuertes que otros.

Los brasileños lo tachan de hipócrita, los chilenos quieren que se disculpe por haber apoyado el golpe de estado de Augusto Pinochet (no él directamente, pero el gobierno de Estados Unidos), y los salvadoreños lo ven con desconfianza porque, en el fondo, saben que no hará nada por los 200 mil compatriotas que viven en EEUU.

En conclusión, la gira de Obama por estos tres países de América Latina ha sido más de lo mismo: entre él y los presidentes anfitriones, quieren dar atole con el dedo para hacernos creer que de verdad somos países importantes.

Fuente: La Primera Plana