Podrán decir que el Pacto por México nace por la falta de mayoría del PRI en el Congreso, sin duda se puede considerar como una de las posibilidades, pero estarán también de acuerdo, que podrían no haber escogido ese camino, sin embargo lo hicieron y no hay más que calificarlo como una virtud.
La triple alianza entre adversarios políticos, pero con un interés común, es a la vista de todos, un cimiento democrático de la vida política de este país y a pesar de las críticas, es la esencia de la política de hoy y el corazón de la política oficial.
Es tanta la valía del Pacto por México, que en las últimas semanas, los actores políticos más importantes tanto del PRD como del PAN, no sólo han aceptado que en la redacción del documento original se encuentran incluidas una buena parte de los temas que conforman las plataformas de sus respectivos partidos, no obstante que uno es de izquierda y que el otro es de derecha, si no que han pugnado por la “autoría original” de ellas.
Para los que no jugamos en las esferas del poder, la autoría intelectual no es un tema trascendente, lo importante fue el diálogo y que lograron, finalmente, ponerse de acuerdo.
Muchos se preguntaran por qué no dejo, semana tras semana, de escribir directa o indirectamente del pacto, la respuesta es muy simple, desde mi personal punto de vista, el “Pacto por México” es el sello de este Gobierno, y de su éxito depende, en buena medida, el desarrollo de nuestro país.
La atmósfera política y social ha cobrado tensión en estos días, al grado que se llegó a poner en la mesa de discusión mediática si el Pacto por México continuaría vigente, que acaso no se dan cuenta que a los grupos detractores del pacto, como los lidereados por los senadores Javier Lozano del PAN y Dolores Padierna del PRD, así como a los poderes fácticos les conviene que fracase el pacto?.
Es precisamente el terreno de la inoperancia legislativa y la discordia partidista, el terreno ideal, en el que ha crecido la hegemonía de estos grupos que tienen su propia agenda política y económica, muy distinta a la que México necesita.
Durante los primeros dos meses del gobierno, se emprendieron acciones políticas y legislativas, de suma trascendencia y contenidas en el pacto:
La reforma al artículo tercero constitucional para recuperar la rectoría del Estado en materia educativa, el desistimiento de la controversia constitucional relativa a la Ley de Víctimas, el arranque de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, tuvieron como común denominador el que cambiaron la percepción que existía de la imposibilidad de emprender acciones políticas conjuntas.
La única forma que tenemos para dejar de ser rehenes de los poderes fácticos y de los detractores del pacto, es que el gobierno y los partidos sigan construyendo, como en un inicio, sobre las innumerables coincidencias y no caer en provocaciones, la agenda política nacional seguirá su marcha y con ella las presiones al pacto, pero como nos dijo el Secretario de Gobernación, Osorio Chong el martes pasado: “Ningún evento colateral debe de afectar el Pacto por México”, desgraciadamente, algunos terroristas políticos están apostando a su fracaso.
Lic. Rafael Zaga. @razagave