Científicos en Francia detectaron una señal en el sistema nervioso de los infantes que marca el inicio de la consciencia visual. En otras palabras, la habilidad de ver y recordar.
Ese momento puede ocurrir desde una edad tan temprana como los cinco meses de nacido. Hasta ahora no teníamos evidencias empíricas sobre bebés que a los cinco meses fueran conscientes de lo que les rodea”, explica Sid Kouider, jefe del estudio publicado esta semana en la revista Science.
Hasta ahora se había debatido sobre la habilidad de los infantes de tener experiencias conscientes. Se asumía que reaccionaban a los estímulos por reflejo; que había algún tipo de procesamiento automático inconsciente. Si algo les interesaba, lo seguían por su atractivo, pero no porque experimentaran algo.
“En nuestro estudio vimos que esto no es cierto. No sólo procesan la información hasta cierto punto, sino que también la retienen en la mente”, señala Kouider. Esto significa que si un estímulo desaparece de la vista, los infantes todavía pueden trabajar en ello.
A estos bebés les mostraron en una pantalla la imagen de una cara que aparecía en una fracción de segundo. Esto permitió al equipo observar oscilaciones en la actividad cerebral, denominadas potenciales relacionados con eventos. En los bebés de al menos un año, los expertos detectaron patrones similares a los de un adulto, aunque tres veces más lento.
Los investigadores se pueden concentrar en reconocer los diferentes mecanismos que permiten el desarrollo de la conciencia de los bebés. El estudio podría servir para un diagnóstico temprano de autismo. “Se podría empezar a usar este tipo de respuestas de los bebés para buscarlas en infantes con trastornos como el autismo”, explicó Kouider.
Fuente: BBC Mundo