Ayer perdieron los Demócratas y ganaron los Republicanos. Pero en esos dos grupos se encuentra inmerso la minoría que más rápido está creciendo en Estados Unidos. Los hispanos que ahí viven fueron los grandes perdedores de la contienda, pues los resultados no los favorecen.
La falta de una reforma migratoria fue uno de los factores que llevaron a millones de americanos a emitir un voto de castigo al presidente Barack Obama. Pero la llegada de muchos hombres y mujeres de ascendencia hispana a puestos clave en el gobierno, da esperanza de que ésta suceda en los próximos dos años.
Nuevo México tiene la primera gobernadora hispana de ese país: Susana Martínez, Republicana de 50 años. Pero esto no implica buenas noticias para los inmigrantes latinos: ella ya ha dicho que tendrá mano dura con ellos. Además, Janet Brewer, la gobernadora responsable de la Ley Arizona, fue reelecta para otro periodo de cuatro años.
Una de las apuestas fuertes del partido Republicano es Marco Rubio, hijo de exiliados cubanos, quien acaba de ganar un sitio en el Senado norteamericano. Aunque es conservador, no se considera extremista, e incluso ha dicho que deben ser el “partido favorable la inmigración ilegal”. Desde ahorita se está considerando como posible candidato a vicepresidente en las elecciones de 2012.
No parece muy probable que este vaya a ser el periodo de la reforma migratoria que los hispanos llevan esperando por años. Las personalidades que acaban de llegar al poder, sobre todo en estados fronterizos, son muy rígidas y desfavorables hacia los inmigrantes; pero también puede ser que desde el Congreso los Republicanos flexibilicen un poco su postura para ganar adeptos en las elecciones presidenciales.