Tras los rumores de que se iba – o lo iban – del Manchester United, Wayne Rooney no ha dejado de aparecer en las portadas de los periódicos británicos, y no precisamente por cuestiones deportivas.
En septiembre pasado, salió a la luz que había pagado 1,200 libras a una prostituta llamada Jenny Thompson, esto mientras su esposa, Colleen Rooney, estaba embarazada.
A raíz de este escándalo, más mujeres salieron a la luz. Además de haber frecuentado a Thompson durante siete meses, pagó una cantidad no revelada de dinero por tener un trío con esta y Helen Wood. Rooney también estuvo acompañado por una amiga de Wood llamada Samii Darnley en una fiesta organizada por el Manchester United la navidad pasada.
Después de varias semanas de vivir en casa de sus padres, Colleen Rooney dijo estar lista para perdonar al jugador, y regresó a su mansión de 4 millones de libras; eso sí, con una lista de demandas más larga que la cuaresma, que termina con un últimatum: “Una mujer más, Wayne, y terminamos”.
Mientras tanto, el jugador inglés fue enviado por su equipo de “vacaciones” a Estados Unidos, pues los escándalos, dicen, están afectando su nivel de juego. Los tabloides ingleses ya están publicando que justamente lo mandaron a Portland, el lugar con más clubes de desnudistas per cápita en todo el país. Ironías de la vida.