Siendo el hombre más rico del mundo, Carlos Slim tiene un agente de bienes raíces en Nueva York. En eso no hay nada raro. Lo peculiar es el perfil que tiene el hombre que ve por los intereses de Slim en la Gran Manzana. Su nombre es Soly Halabi, tiene 27 años, ni siquiera acabó la universidad y trabaja para una pequeña firma de bienes raíces.
Halabi, de origen sirio, trabaja en Venture Capital Properties, una firma de 20 personas que se especializa en transacciones con propiedades que no están a la venta. Antes de representar al magnate mexicano, hacía pequeñas transacciones; a base de mucha insistencia, y con algunas amistades de la comunidad sirio-mexicano en común, logró convencer al equipo de inversionistas de Slim de darle una oportunidad.
Ha adquirido para Slim la impresionante mansión Duke Semans enfrente de Central Park, y se estima que ha ganado unos 2.5 millones de dólares en comisiones. Es muy discreto sobre su cliente, pero dijo cómo hace negocios el hombre más rico del mundo: “Solo negocia a través de intermediarios, toma decisiones rápidas y, al menos en una ocasión, visitó una propiedad de incógnito“.