Épico partido sobre la arcilla de Roland Garros. La segunda semi final del certamen nos presentaba un duelo entre Roger Féderer, el máximo ganador de Grand Slams de la historia; contra Novak Djokovic, que llegaba con 43 partidos invicto y a punto de acceder al número uno del mundo.
El partido estuvo cerrado desde el inicio; el primer set tuvo un quiebre por bando, con puntos y definiciones dignas del mejor tenis del mundo. No hubo diferencia entre estos dos monstruos, el set tuvo que definirse en tie-break. El suizo logró imponerse y prolongaba su racha de sets ganados en el certamen (no había perdido uno solo).
En el segundo parcial, el suizo se hizo con el control del juego y se impuso de manera contundente por 6-3. En este punto, el juego parecía resuelto; Djokovic no encontraba la fórmula y el servicio de Roger era simplemente intratable; Federer como en sus mejores tiempos. Además, la historia pesaba: Federer jamás había perdido un partido cuando se pone en ventaja de dos sets a cero. La tímida marca es de 174-0.
Sin embargo, Novak estaba pasando por uno de los mejores momentos de su carrera y no se iba a rendir sin dar batalla. El serbio recuperó su nivel en el tercer set y se llevó el parcial por 6-3, prolongando así el duelo. Fue el primer set que cedía Federer en el torneo.
Todo parecía que Djokovic estaba de vuelta, el cuarto set estaba parejo, y el serbio logró quebrar el servicio en el noveno game; pero el suizo recuperó el quiebre inmediatamente, y prolongaron el parcial nuevamente a tie break.
Al final, la clase y calidad de Federer se impuso y el suizo puso fin al invicto de Djokovic en la temporada. Con este resultado, viviremos nuevamente la final Nadal-Federer.
¿Podrá Federer ganar otro Grand Slam y confirmarse como el mejor de la historia? ¿O Nadal mantendrá la cima del ranking de la ATP?
Foto: ESPN.