El escritor japonés Haruki Murakami, de 62 años, ayer recibió el XXIII ‘Premi Internacional de Catalunya’, que se le otorga a personas que han contribuido a desarrollar valores culturales, científicos o humanos. El director del jurado, Rubert de Ventós, ya había dicho de él, en el momento de la mención, en marzo pasado, lo siguiente: “Por convertir su obra en un referente destacado del panorama literario mundial y construir un puente entre Oriente y Occidente. Por saber unir géneros literarios diferentes como es el del best-seller y las obras de culto y crear un universo personal, que dibuja un mundo de oscilaciones entre el real y lo onírico, el humor y la oscuridad”.
El premio consiste en 80 000 euros y una escultura de Antoni Tàpies.
Frente a la prensa expresó “Nací y crecí en Japón, hablo japonés, como comida japonesa y hago todas las cosas que hacen los japoneses pero me gusta el jazz y la literatura occidental, desde Dostoievski hasta Stephen King, ¿qué es oriental y qué es occidental?”
El autor acostumbra escribir obras que relatan lo más feo y oscuro del ser humano, una escritura casi naturalista, que trata temas como la pederastía y asesinatos, y, aunque afirma que es un escritor calmado y amable, cuando toma la posición de escritor la fuerza lo empuja a describir “episodios brutales”. Por lo anterior, no es extraño que parte de sus influencias sean Kurt Vonnegut, escritor famoso por ‘Matadero Cinco’, y Truman Capote.
Obras trascendentes que lo han catapultado a la fama son ‘Tokio Blues’, ‘Kafka en la orilla’ y su último best-seller ‘1Q84’.
Fuente: El País