La Selección mexicana logró sacar del camino a una selección guatemalteca que sorprendió y complicó el pase a la semifinal.
La selección azteca se vio en apuros en los primeros cinco minutos de partido, y es que, ante un grave error de Héctor Moreno, la selección guatemalteca anotó desde el inicio. El central mexicano no pudo despejar un balón, y el jugador más peligroso del equipo rival, Carlos “El pescadito” Ruiz, no respetó al país que le permitió jugar en Puebla, anotando por encima del portero nacional, Alfredo Talavera.
A partir de este momento convirtieron el azul de su playera por uno más oscuro, pues emularon a un auténtico Catanaccio. Parecía un equipo formado en Italia, todos los jugadores se fueron hacia atrás. Se dedicaron a defenderse indiscriminadamente y, si hubieran podido, se hubiesen quedado todos apilados frente a la portería. Por este motivo, a la Selección Mexicana le fue imposible anotar. Así se fue el partido hacia el medio tiempo.
Los jugadores mexicanos se veían desesperados por no poder igualar. El inicio del segundo tiempo significó un cambio importantísimo para México. Como se esperaba, el jugador De Nigris sería quien entraría en la segunda mitad, y así fue. Sólo a los tres minutos del complemento, la estrategia se vio recompensada, pues a una serie de rebotes, el pie preciso del regiomontano, marcó la igualada.
El siguiente encuentro será el miércoles contra Honduras, en el Reliant Stadium. Ese partido parece ser una gran prueba para el equipo mexicano.
A partir de ese momento el partido otra vez estaba parejo, pero los jugadores guatemaltecos parecía que no estaban dispuestos a cambiar de estrategia. Se dedicaron a ensuciar el juego. Pero todo fue inútil pues al minuto 66 apareció el ídolo de la selección mexicana, “Chicharito” Hernández. Ante un pase de Pablo Barrera por la banda derecha a ras de suelo, el jugador con el número 14 parecía haberse pasado, sin embargo, mostró todo su progreso, toda su confianza, toda su magia, pues como último recurso estiró la pierna que quedaba más retrasada y desvió el balón con un taconcito para anotar un gol, ¡Chichagol!, ¡Chichagolazo!
El resto del partido fue trámite, con un equipo guatemalteco sin muchos recursos. Al final entraron Reyna y Zavala en el equipo mexicano.