Jon Basso, alias Doctor Jon, es el propietario del Heart Attack Grill, “La Parrilla del infarto”, y su slogan es: “A taste worth dying for”, que traducido es como el sabor por el cuál vale la pena morir.
Localizado en Chandler, Arizona; tiene capacidad para 40 comensales. Y su comida es la más grasosa, y llena de calorías, en su tipo.
Mientras Burger King, Mc Donald’s, Kentucky Fried Chicken, Wendy’s y tantas otras cadenas de locales de comida rápida ofrecen ensaladas, manzanas, jugos y demás opciones light, y lanzan campañas de marketing para convencer al público de que sus productos no son nocivos para la salud, aquí ocurre todo lo contrario.
La carta de este restaurante ofrece hamburguesas grandes y papas fritas freídas en grasa de cerdo y refrescos con azúcar.
No venden refrescos light, ni ensaladas, “ni siquiera le ponemos lechuga a nuestras hamburguesas”, se enorgullece Doctor Jon.
“Cuidado, este establecimiento es malo para su salud”, se puede leer a la entrada del establecimiento. En realidad, lo que se hace es parodiar en extremo las actuales recomendaciones médicas acerca de los cuidados que debemos tener en nuestra dieta.
Por dentro, el restaurante recrea un hospital. Es atendido por chicas vestidas de enfermeras que no toman pedidos, sino “prescripciones” y que llaman “pacientes” a los comensales.
Una vez que éstos deciden lo que comerán, les colocan una pulserita blanca, como si realmente se tratara de enfermos internados en un sanatorio. En la pulsera no se anota el mal que sufre el paciente, sino qué hamburguesa pidió. Por ahí anda también, en persona, el famoso Doctor Jon, friendo hamburguesas y papas, siempre con su delantal blanco y su estetoscopio.
Las hamburguesas se llaman Bypass, Doble Bypass, Triple Bypass y Cuadruple Bypass, dependiendo de la cantidad de carne que llevan.