Faltan pocos días de que acaben las campañas para gobernador en el Estado de México. En casi 45 días, ni Alejandro Encinas ni Luis Felipe Bravo Mena pudieron alcanzar a Eruviel Ávila en preferencias electorales. Aunque este último comenzó la contienda con una amplia ventaja, hubo muchos otros factores que le permitieron conservar esa ventaja:
- Una campaña para la gente. Quien haya seguido de cerca su campaña, sabrá que era muy común que, después de terminado su discurso, permaneciera en el lugar durante horas saludando a todo aquel que se acercaba. Esto le dio una imagen de cercanía con la gente, lejana a la del político tradicional.
- “Soy uno de ustedes“. Una frase que, en otras campañas, pudiera resultar vacía, pero que en este caso resultó verdad. Un político que genuinamente viene “desde abajo”, lo cual le permite a la mayoría de la gente identificarse con él.
- No compró pleitos innecesarios. Debido a que empezó la contienda con una gran ventaja frente a sus contrincantes, estos jugaron con la estrategia de atacar a Eruviel en sus supuestas debilidades. Pero él no les siguió el juego. No cayó en estas provocaciones, ni le dio validez a argumentos que no tenían ningún fundamento.
- Tuvo una estrategia clara de medios. Podrán quejarse todo lo que quieran de los anuncios de Eruviel, pero es un hecho que es el único de los tres candidatos que tenía una estrategia bien definida de comunicación. ¿O alguien le encontró algún sentido al spot de Encinas de la mujer desnuda? “Mira, es Luis Felipe; sí, es él, pregúntale”.
- Fue el único que tuvo compromisos puntuales en diversos temas. Ninguno de los otros dos organizó eventos para presentar programas respecto al medio ambiente, la seguridad (recuerden el evento que organizó junto con Alejandro Martí y María Elena Morera) y las personas con discapacidad. Con esto, su campaña fue mucho más amplia de miras.