Primera vez que sales con una chica, quieres quedar bien, planeas pedir un botella de vino. ¿Cuál, la más barata, una cara, blanco o tinto?
Planeta Joy ofrece una guía para saber qué conviene hacer a la hora de pedir un vino para acompañar tu comida o cena.
1.El Malbec no falla
Como la carta de vinos suele estar organizada por variedad, cuando se empieza en el tema de los vinos, la recomendación es pedir uno de cepa Malbec, una de las mejores uvas de los argentinos.
Una marca reconocida como Trumpeter o Alamos se encuentran en casi cualquier restaurante y son un refugio para el no iniciado.
2. Nunca el más barato
La mayoría de las cartas de vino están ordenadas por precio, bríncate la etiqueta más barata y elige cualquiera que esté un poco más arriba. Generalmente es una mejor opción y sólo por unos pocos pesos más.
3. Maridaje para principiantes
Lo correcto es elegir primero los platos y después el vino. Seguir este orden te hará parecer alguien de mundo. Y a la hora del maridaje, tampoco te rompas la cabeza: contra todo lo que digan, el viejo adagio de carnes blancas con vinos blancos y rojas con tintos, es una buena guía.
4. Qué debes revisar
El mesero trae la botella y, si puede, te mostrará la etiqueta para que la apruebes. Es importante revisar que la variedad sea la que hayas pedido y que la cosecha sea relativamente nueva, especialmente con los blancos.
Como casi nunca está aclarado en las cartas, la cosecha es un dato a observar. Hoy la de un blanco no debiera ser anterior a 2009. Y en tintos, nada que esté más allá de 2008 para vinos jóvenes.
5. Aprobar el vino
El mesero te sirve para que lo pruebes, entonces gira el vino en la copa y aspira sus aromas. Luego lo pruebas con un ligero tour del vino por tu boca. En este momento es crucial que te fijes si está a temperatura, es decir, si no sientes el alcohol como nota dominante. Si así, pide una hielera para que lo enfríen, incluso si es tinto.
6. Cuándo rechazar una botella
Los vinos defectuosos pueden oler a mal, a rancio, a huevo podrido, o parecerse demasiado al vinagre. En cualquiera de estos casos puedes pedirle al mesero que te cambie la botella. No sientas vergüenza por eso.
7. ¡Peligro! Sommelier suelto
En caso de que un Sommelier se acerque a tu mesa, no aceptes la primera recomendación que te haga, porque suele ser la etiqueta que le adorna cada venta o la que hay que mover ese día por motivos que no incumben a tu paladar.
Sin embargo, a la tercera o cuarta recomendación, suele afilar bien su puntería porque se pone en juego el prestigio. Si no te suena la marca, pregunta el precio para que no te sorprendas con la cuenta.
8. Aprovecha el descorche
Cada vez más restaurantes aceptan descorche. Básicamente, consiste en llevar tu vino para consumir en la mesa. Aprovéchalo y evita el mal trago de tener que elegir mientras el mesero golpea el lápiz en su libreta.
El secreto es descorchar etiquetas raras o caras que no están en la carta. En cuanto a qué vas a pagar por el descorche, varía: idealmente equivale a consumir el vino más barato de los ofertados en carta, pero nunca se sabe.
Fuente: Planeta Joy