El 23 de septiembre se celebra, en muchos países, el Día Internacional contra la Trata de Personas dirigido a llamar la atención y concienciar sobre la gravedad del fenómeno de la trata con fines de explotación sexual como atentado contra los derechos humanos fundamentales principalmente de los niños niñas y mujeres.
En México, un mínimo de 100 niños caen cada mes en manos de redes de explotación sexual comercial infantil, que equivale a un promedio de mil doscientos niños al año. Y, cada año se esclaviza a 16 mil menores de edad, con fines de explotación sexual, especialmente en zonas fronterizas y turísticas.
La mitad de los delitos cometidos a través de Internet están relacionados con la pornografía y la explotación sexual infantil. Pese al alto riesgo que implica para millones de mujeres, niñas y niños explotados, la trata de personas es, de hecho, un delito que queda impune. En los casos que se sanciona, el castigo no está a la par de la atrocidad del ilícito.
La ubicación de México resulta estratégica para las redes de tratantes, por su cercanía con los Estados Unidos, considerado el mayor consumidor en el mundo, porque la ruta de destino de las víctimas corre de sur a norte, y en su trayecto, el área metropolitana de Monterrey es relevante, por ser un punto territorial previo a la frontera norte, y porque Nuevo León es uno de los estados mexicanos considerados de origen, tránsito y destino de víctimas de las redes de trata, donde a pesar de contar con una ley en la materia, este flagelo ha crecido exponencialmente, recrudeciéndose en el entorno violento en el que nos encontramos.