El 27 de noviembre de 2014, el actor Shia Labeouf confesó en una extensa entrevista a Dazed que había sido violado durante una performance artística. Pocos días más tarde, otros artistas vinculados al actor confirmaron que eso sucedió. No era una explosión para catapultar su fama.
El caso abrió un amplio debate sobre el tabú social de la violación masculina. Un reportaje de GQ también trataba de romper con él a través de decenas de testimonios de soldados de EEUU violados en los cuarteles, con el sugerente título: “Hijo, a los hombres no les violan”
En Suecia se registraron un total de 370 casos de violación a hombres o niños, según el Consejo Nacional Sueco de Prevención del Crimen. Pero se sospecha el número sea mucho mayor, debido a los prejuicios sociales que provocan que muchos hombres nieguen ser víctimas de abuso sexual.
Según dijo la doctora Lotti Helström al periódico sueco The Local, “la percepción general es que los hombres no pueden ser violados”. Los estudios, sin embargo, “aseguran que los efectos en la salud, tanto física como psicológica, de una violación son incluso más graves en un hombre. Hay un riesgo mayor de que las víctimas hombres sufran estrés post-traumático”, dice Helström.
En esta línea, Inger Björklund, de la Asociación Sueca por la Educación Sexual, aseguró que hay mitos sobre la masculinidad que dificultan que los hombres que hayan sido abusados hablen de sus experiencias. Una clínica centrada en hombres violados “contribuirá a que más hombres se abran y quieran buscar ayuda, así como atender sus necesidades específicas”.
Fuente: Playground