A 40 años de la muerte de Jim Morrison

El 3 de julio de 1971, en París, falleció uno de los emblemas más salvajes que pudo dar el rock y la búsqueda de la libertad: Jim Morrison. Estamos a 2 días de que se cumplan 40 años de su fallecimiento. En ese momento, cuando se ordenó la autopsia, se esperaba encontrar la causa certera de la muerte del artista. Sin embargo, ésta sigue todavía hoy difusa y envuelta en rumores, leyendas y mitos sobre la figura del rockero.

Existe una película de Oliver Stone llamada The Doors donde Jim Morrison es interpretado por Val Kilmer.

James Douglas Morrison era el nombre completo de “el Rey Lagarto”. De pequeño fue obediente y buen alumno. Sin embargo, cuando llegó a la adolescencia, se volvió en extremo provocador. Sus padres se hartaron y lo enviaron a vivir con sus abuelos, unos presbiterianos que practicaban la abstinencia. Irónicamente, nuestro buen Morrison probó una cantidad grande de drogas. Algo que también puede sonar contradictorio es que George Morrison, padre del cantante, era militar.

G. Morrison fue un miembro de la Marina. Después de hacer muchos méritos, se volvió capitán y comandó un grupo de guerra en Vietnam. G. Morrison valoraba mucho la educación de los hombres. Jim, a la par de esto, llevaba una larga cabellera y se rebelaba ante todo lo establecido por la sociedad: nunca ocultó sus tendencias sexuales y siempre se manifestó como un rebelde firme e inteligente. Esto llevó a que padre e hijo se distanciaran.

Morrison comenzó a escribir poemas cuando era muy joven. También fue alumno de Cinematografía. A los 21 años, su compañero Ray Manzarek le propuso armar una banda, ya que de los poemas que Morrison escribía, algunos estaban musicalizados. El nombre The Doors tiene como fuente de inspiración el ensayo de Aldous Huxley, “Las puertas de la percepción”. Cuando la banda adquirió popularidad y se constituyó como una de las más importantes del momento, Morrison comenzó a ser amado y odiado.

“Me interesa todo lo que tenga que ver con revolución, desorden, caos, sobre todo acciones que aparentemente no tienen ningún fin”, declaraba Morrison en sus entrevistas.

Morrison hablaba en sus conciertos sobre la revolución y el caos como una forma de rebelión. Por el contexto de la guerra, esto llegó a intimidar mucho a las autoridades, por lo que varias veces, durante las presentaciones de la banda, la policía intervino. Algunas veces hubo sangre y unos cuantos heridos. Pasó el tiempo y Morrison perdió un poco de popularidad. Había ya engordado y tenía, por el uso abusivo de drogas, problemas de respiración.

Más que nunca, Morrison era adicto a la heroína. Se fue a París al lado de su novia Pamela Courson para buscar inspiración, pero su adicción le puso algunas limitantes. La muerte de Morrison es, como se sabe, incierta. La declaración que hizo Courson fue que despertó al cantante y le dio un baño, después él comenzó a vomitar y a sangrar por la nariz. Llamar a los médicos fue inútil, pues cuando llegaron ya había fallecido. Se dice que Pamela llamó antes a unos amigos y al vendedor de drogas que a los doctores.

Existen las teorías de que el cantante fue víctima de un complot político, es decir, que lo asesinaron. Otras argumentan que fingió su muerte para poder escribir poesía. El cantante murió a los 27 años de edad, justo como otras estrellas de rock.

Fuente: La Jornada

Foto: CameronFrye’sBlog