Desde que tenía 3 años, Patricia -quien nació como Peter- ya sentía que estaba en el cuerpo incorrecto, pero la atmósfera de aquella época no le permitían cambiar su género.
Los doctores resolvían estos casos con terapia de electroshocks.
“Por la hostilidad de la gente en general, me quedé callada, fue hasta mucho después que decidí salir del clóset”, recordó sobre su transición a los 90 años, de la cual asegura nunca se ha arrepentido, pues la hizo sentirse libre.
Esta veterana de la Segunda Guerra Mundial compartió su historia para inspirar a otros a que nunca es tarde para decidirte a ser tú mismo.
“He sabido que era transexual desde que tenía tres años. Conocí a una chica llamada Patricia, y decidí que quería ser conocido por ese nombre, pero no me quedaba”, compartió.
Aseguró que lo mejor de salir del clóset y vivir libremente como una mujer transgénero ha sido ser aceptada como mujer y que nadie la cuestione.