La sede de la presidencia municipal de Iguala, Guerrero, sirvió como “centro de operaciones” de Guerreros Unidos.
Testimonios que forman parte de la averiguación previa que integró la Procuraduría General de la República (PGR) contra el ex edil José Luis Abarca Velázquez revelan que él recibía en las oficinas de gobierno a los líderes y operadores de la organización criminal.
Días antes de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, Abarca dio audiencia a Raúl Núñez Salgado, “El Camperra”, operador financiero de Guerreros Unidos, a José Luis Ramírez, encargado de plaza en Buena Vista, así como a Gildardo López Astudillo, “El Gil” a quienes les pidió sacar por la fuerza a ambulantes del centro de Iguala.
Las declaraciones de los presuntos cómplices de Abarca forman parte de la consignación que presentó ante juzgados la PGR en contra del ex edil, a quien se le relaciona directamente como miembro de Guerreros Unidos.
Este es uno de los cinco procesos penales que existen en su contra por diversos delitos.