Esta semana el museo del Louvre abrió solo para los músicos Jay-Z y Beyoncé, y así pudieron disfrutar de las obras de arte sin ser molestados por ningún fanático o turista.
Su hija de dos años, Blue Ivy, también se encontraba con ellos y se la vio fascinada con el paseo.
Sin ningún apuro, una de las familias más poderosas de la industria musical, recorrió los pasillos del museo y posó frente a varios cuadros y estatuas. Beyoncé se tomó varias selfies, mientras que Blue Ivy fotografió las obras de arte con una cámara analógica.
Fuente: El País