La Procuraduría General de Justicia (PGJ) en el Estado de Morelos, confirmó que el hombre asesinado la media noche de este martes en esta ciudad, es un galardonado y reconocido investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuyo deceso aún no tiene hipótesis completas.
Ernesto Méndez Salinas, doctor en biotecnología, laboraba en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, y se convierte en el segundo académico víctima directa de la delincuencia en los últimos cuatro meses, luego del plagio y homicidio de la académica Yadira Dàvila Martínez, investigadora auxiliar del Centro de Investigaciones Genómicas de la máxima casa de estudios del país.
De acuerdo con las primeras investigaciones, Méndez Salinas viajaba a bordo de un auto la noche este martes cuando fue alcanzado por unos desconocidos que le dispararon en la cabeza, lo que originó que el vehículo estrellara.
La UNAM expresó su repudio al homicidio perpetrado contra Ernesto Méndez, “víctima del ambiente de violencia y erosión social que vive nuestro país”, a través de un comunicado.
En su enérgica condena, la Universidad externa que “las circunstancias en que se encuentra hundida nuestra nación se derivan de condiciones en las que prevalecen corrupción, violencia e impunidad, que dejan una sensación de rabia, vulnerabilidad e impotencia”.
Subraya que el crimen contra el investigador “indigna a la comunidad universitaria y a la sociedad”, y por tal motivo “manifiesta su repudio por este nuevo crimen que se suma a los miles que mantienen a la población entre la zozobra y el hartazgo por los índices de criminalidad que han rebasado cualquier expectativa en los últimos años”.
Frente a la situación, la UNAM exige que en este caso, “junto con el resto de los que enlutan a diario al país”, las autoridades realicen la investigación para que se castigue al o los responsables, y se ofrezcan resultados a la brevedad.
La máxima casa de estudios hizo manifiesta su solidaridad con la familia de Méndez Salinas y advirtió que estará atenta al curso de las indagatorias.
Fuente: Excélsior
