Desde el año pasado, cuando se rumoró que el productor Pedro Torres estaba preparando la versión mexicana de la serie “Gossip Girl”, los fans de la serie original comenzaron a manifestarse, en las redes sociales, en contra de esta idea.
En un principio, se pensaba que se trataba de una broma de mal gusto, pero conforme fue avanzando el tiempo, el proyecto tomó forma y se materializó hasta convertirse en lo que hoy se conoce como “Gossip Girl: Acapulco”.
La serie cuenta las desventuras de un grupo de jóvenes adinerados que usan el puerto de Acapulco como patio de recreo y todo lo que ocurre en este cerrado y pequeño círculo social es ventilado por un microblog que se hace llamar, precisamente, Gossip Girl.
A principios de enero se dio a conocer al elenco que protagonizaría esta versión: Sofía Sisniega, Oka Ginger, Jon Ecker, Vadhir Derbez y Diego Amozurrutia, lo cual enardeció más a los admiradores de la teleserie estadounidense que duró seis temporadas y lanzó al estrellato a figuras como Blake Lively, Leighton Meester, Taylor Momsen, Penn Badgley y Ed Westwick.
La gota que derramó el vaso fue el lanzamiento de un adelante de la serie, lo que provocó que los fans no dejaran de comparar la versión original con la mexicana a través de Twitter y Facebook.
El punto es que no se puede criticar algo que aún no ha comenzado (la serie se estrenará el próximo verano), lo que se critica es la insistencia de los realizadores de utilizar historias ya contadas y no atreverse a innovar o a presentar relatos totalmente nuevos.
Aunque, en realidad, se logró un objetivo: que todos hablaran de la serie, bien o mal, pero esta versión no fue ignorada, ni lo será cuando se estrene. Estamos en una época en donde el público desea y quiere tener más injerencia en los contenidos que se le ofrecen.
Por morbo o por gusto, esta serie estará bajo el escrutinio constante del público. Quien sabe, tal vez se convierta en un verdadero éxito o demostrará que nadie es profeta en su tierra… hasta que se demuestre lo contrario.
