En una carta de 13 páginas, el Arzobispo Carlo Maria Vigano, denuncia que varios jerarcas de la Iglesia tenían conocimiento de que el excardenal de Washington, Theodore McCarrik abusaba de seminaristas desde hace ocho años.
Además, afirma que el Papa Francisco rehabilitó al abusador a pesar de saber que solía abusar de jóvenes; antes de eso el papa Benedicto XVI sancionó, al entonces cardenal, a una penitencia de una vida entera de oración.
“Sabía por lo menos desde el 23 de junio del 2013 que McCarrick era un depredador serial. Pese a saber que era corrupto lo encubrió a ultranza, es más hizo suyos sus consejos no ciertamente inspirados por sanas intenciones y por amor a la Iglesia”.
Incluso acusa que Francisco tomó cartas en el asunto únicamente para proteger si imagen “sólo cuando se vio obligado por la denuncia de un abuso de menor, siempre en función de los aplausos de los medios”.
Por su parte el Vaticano no ha confirmado la autenticidad de la carta.