Adel Termos, fue enterrado como un héroe, salvó la vida de decenas de personas en un barrio popular de Beirut, en un ataque del Estado Islámico (EI). Su féretro fue cubierto con una bandera del grupo chiíta libanés Hezbolá y acompañado por una multitud durante un recorrido por la ciudad.
Sucedió un día antes de los ataques de París, fueron 41 personas las que perdieron la vida y 200 personas heridas, sin embargo, pudieron ser varias decenas más de muertos. Termos lo evitó.
Estaba con su hija en el mercado cuando se escuchó una explosión y, de pronto, vio que un hombre con un chaleco explosivo se aproximaba hacia la multitud. Se lanzó hacia el individuo y lo derribó. Una vez en el suelo el suicida activó el explosivo.
Termos, de 32 años, murió en el acto pero había salvado la vida de muchas personas, además de la de su pequeña hija.
Ataque en Beirut
La capital libanesa sufrió el jueves de la semana pasada un atentado múltiple con atacantes suicidas que causaron al menos 41 muertos y 200 heridos; en el barrio Burj al Barajneh, bastión del grupo islamista Hezbolá, que está luchando en la vecina Siria contra EI.
“Hay muchas, muchas familias, cientos probablemente, que deben todo a su sacrificio”, aseguró a la cadena de radio estadounidense PRI, Elie Fares, un médico y bloggero libanés.
Fares compartió la historia de Termos en su blog para llamar la atención entre lo que algunos consideran una atención dispareja a los ataques en Beirut con los de París.
“Cuando mi gente muere, ningún país se molesta en iluminar sus edificios emblemáticos con los colores de su bandera”, se quejó.
Termos fue honrado el pasado viernes en las calles de la sureña localidad de Tallousa. Durante el funeral, dos de sus hijos portaron una fotografía suya.
Hezbolá, un aliado del presidente sirio, Bashar al Asad, ha enviado cientos de militantes a luchar en la guerra civil siria.