La belleza duele, muchas mujeres crecen bajo ese lema, y desafortunadamente hay quienes lo creen tanto que ponen en riesgo su salud con tal de conseguir verse bien.
Eso le pasó a Amanda Coats, una mujer que quiso rellenar su cejas con un tatuaje en una clínica “especializada” en este tratamiento, sin embargo, en cuanto terminaron de realizar el procedimiento, la joven notó que algo estaba mal con su piel.
Horas más tarde se dio cuenta que su piel se estaba desprendiendo y sus ojos estaban más hinchados, esto por una reacción alérgica.
De acuerdo con Amanda, la clínica a la que acudió no tenía las mejores condiciones higiénicas, de hecho declaró que el doctor estaba realizando otro procedimiento al mismo tiempo; por su parte el lugar se defiende diciendo que fue ella quien no siguió las recomendaciones médicas y que dicha reacción puede deberse al pigmento de la tinta.
Este no es el único caso, pues una chica de 19 años llamada Polly Smith, pasó por algo similar tras tatuarse, pues sufrió una fuerte infección que le sacó costras alrededor de sus cejas, lo que puede dejarle cicatrices de por vida.
Ante esto, los doctores han recomendado que en caso de querer someterse a estos tratamientos de belleza, verificar que el lugar al que acudamos sea confiable, además de realizar una prueba para confirmar si presentamos algún tipo de reacción ante los productos utilizados.