Las líneas aéreas del país evalúan solicitar al gobierno coadyuvar en el financiamiento para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y convertirse en accionistas, así lo informó Fernando Flores.
El Presidente de la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero), informó que estudian a detalle la propuesta que podrían presentar a las autoridades:
“Al final, pudiéramos ser accionistas del aeropuerto. Las aerolíneas del país pueden participar activamente en toda la parte técnica del diseño de la terminal y también en la operación cuando ya esté en funcionamiento, dijo Flores, también director general de Aeromar.
Además, “algunos beneficios que tiene la figura de accionistas es que al ser una inversión de las aerolíneas les generan ganancias económicas por la operación de la terminal.
Por su parte, Felipe Reis, director regional de Aeropuertos, Pasajeros, Carga y Seguridad de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), señaló que en las terminales, “tanto si las aerolíneas tienen acciones o no, lo más importante es que siempre sean consultadas a la hora de tomar decisiones sobre temas sensibles, como tasas y planes de expansión”.
Según Flores, el esquema de accionistas se maneja en diversos países, como en Los Ángeles, en el que las aerolíneas son dueñas de una parte del complejo.
Con la construcción de la nueva terminal aérea en el Valle de México se busca solucionar la saturación de operaciones del AICM.
Para el nuevo proyecto se consideran seis pistas de aterrizaje y despegue para movilizar unos 120 millones de pasajeros anuales, con una inversión total de 120 mil millones de pesos.
Manuel Valencia, director del programa académico de la Licenciatura en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, considera que las únicas empresas nacionales que tienen el poder económico para participar en ese esquema en el nuevo aeropuerto son Aeroméxico, presidida por Eduardo Tricio, e Interjet, de Miguel Alemán Velasco.
“Son las únicas empresas nacionales que tienen el poder económico para participar en ese esquema en el nuevo aeropuerto son Aeroméxico”.
El año pasado el gobierno implantó cambios constitucionales para que la iniciativa privada pueda participar en industrias antes exclusivas del Estado, como extracción de petróleo y venta de gasolina y turbosina.
Con la reforma energética el monopolio que tiene ASA en la venta de turbosina terminará, ya que podrán entrar nuevos competidores para comercializar este combustible.
La dependencia indicó que con los cambios de la reforma se han flexibilizado todos los campos de producción de hidrocarburos, y por lo tanto hay la oportunidad para que otras empresas entren al mercado.
Fuente: Milenio