Ayer por la noche, el candidato de la coalición “Unidos podemos más” a la gubernatura del Estado de México, Alejandro Encinas, regresó con Joaquín López Dóriga, para que este le hiciera una entrevista de 7 minutos – tal y como sucedió con Luis Felipe Bravo Mena el martes-.
Al perredista no le fue tan bien en esta ocasión.
López Dóriga lo cuestionó sobre su gestión como jefe de Gobierno, específicamente, por haber permitido que se instalara el plantón de Andrés Manuel López Obrador en Paseo de la Reforma, tras las elecciones de 2006, causando pérdidas económicas millonarias.
Encinas se justificó diciendo que, al permitir el plantón, evitó un estallido social “en todo el país”.
Más allá de las excusas que dio para permitir que López Obrador mantuviera el plantón, por “simpatizar con la causa”, como él mismo lo dijo, Encinas aseguró que el entonces presidente electo, Felipe Calderón, exigió al secretario de Gobernación, Carlos Abascal, que utilizara al ejército para reprimir a quienes participaban en el plantón.
Según Encinas, Abascal le contestó: “Felipe, tú todavía no eres el Presidente de la República, y mientras no suceda esto, aquí se tomarán las decisiones“.
Evidentemente, Presidencia negó que Calderón haya solicitado represión a ningún movimiento. Pero lo que más molestó a quienes vieron la entrevista, fue utilizar a Carlos Abascal para escudarse, un hombre destacado del panismo que falleció a causa de cáncer en 2008. Convenientemente para el candidato, Abascal no puede refutar lo que anoche dijo de él.
Ya se ve claro que la estrategia a seguir por Encinas en los próximos días, y en consecuencia, por López Obrador en 2012, será una guerra sucia basada en ataques – sin fundamentos – a aquellos que consideren sus enemigos políticos. Es una vergüenza que, para este propósito, sean capaces de utilizar a quien no puede defenderse de difamación en televisión nacional.