Chopin fue uno de los compositores del romanticismo más sobresalientes del siglo XIX. Entre sus obras más destacadas están: los “Nocturno” y las “Mazurcas”.
Como todo buen genio, el virtuoso de origen polaco padecía de ciertos transtornos, ya que tendía a perder el conocimiento y tener alucinaciones; lo cual –según revela la revista Medical Humanities− podría haber sido causado por una epilepsia en el lóbulo temporal.
A esta conclusión llegaron expertos médicos del Complexo Hospitalario Xeral-Calde, en España, al analizar los episodios que experimentaba el compositor, a través de información recopilada por sus allegados.
George Sand era uno de ellos, y describe que en algún momento regresó al hogar que compartía con Chopin, quien le confesó que mientras ejecutaba una de sus piezas en el piano quedó inconsciente y que se vio a sí mismo ahogado en el fondo de un lago.
De acuerdo con los especialistas, estas alucinaciones ocurrían generalmente por la tarde y eran padecidas con fiebre; contrario a aquellas relacionadas con trastornos psicológicos.
Además de ello, el compositor polaco padecía jaquecas, insomnio y depresión.
Según su certificado de defunción, no murió a causa de ninguno de estos padecimientos, sino de tuberculosis, aunque no está completamente comprobado y hay quienes creen que fue a causa de fibrosis quística. Y se desconoce si su epilepsia pudo haber estado relacionada con su muerte.