Bibi González se mudó a Huaynamota, Nayarit, para impartir clases en la zona rural del estado.
Ahí, le regaló su primer pastel de cumpleaños a uno de sus alumnos, quien nunca había vivido esta experiencia.
La maestra documentó el momento en el que el niño rompe en llanto al ver su pastel lleno de frutas y betún.
Aunque no sabía bien cómo cortarlo, todos lo animaron a hacerlo como él quisiera.