Poco tiempo después de que Amy Winehouse fue encontrada muerta en su hogar de Londres, en todas las estaciones de radio se escuchaba la canción que la hiciera famosa: ‘Rehab’, que trata sobre su rechazo a ir a rehabilitación.
¿Por qué algunas personas sobreviven al abuso de alcohol y drogas por años, mientras que otros, como Amy Winehouse, sucumben a la adicción?
La mayoría de las personas que experimentan con drogas no se vuelven adictas. ¿Quiénes están en riesgo, entonces?
El 60 por ciento de las personas adictas, también sufren de alguna otra forma de enfermedad mental. Aún no queda claro si la adicción te predispone a una enfermedad mental,o viceversa.
Hay evidencia clínica que apoya esta hipótesis. El alcohol y las drogas afectan el humor y el comportamiento, activando los mismos circuitos cerebrales que se interrumpen en las enfermedades psiquiátricas. No es para sorprenderse que los pacientes de depresión y ansiedad recurran al alcohol y otros sedantes. Pero estas sustancias son terribles antidepresivos y solo empeoran el problema, convirtiéndose en un espiral de depresión y adicción.
Algunos desórdenes de personalidad también aumentan las probabilidades del abuso de drogas y alcohol. Los narcisistas, que constantemente batallan contra sentimientos de insuficiencia, frecuentemente recurren a estimulantes, como la cocaína, que los hacen sentir poderosos y con mucha auto confianza. Las personas con desorden de personalidad limítrofe, que luchan por controlar sus impulsos e ira, recurren a drogas y alcohol para “suavizar” sus humores, que se vuelven intolerables.
Pero aún las personas que no tienen una pre disposición a las adicciones pueden volverse dependientes de drogas y alcohol si están expuestos constantemente a ellos. Y en el mundo en el que Amy Winehouse vivía no solamente era aceptado su uso de drogas, sino que era incentivado.
Lee la historia completa en el New York Times.
Foto: Trainerspotting
