Analistas celebran transición tersa y operativa

Para diversos especialistas, la transición de gobierno entre el presidente Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto es tersa y centra objetivos en lograr los acuerdos necesarios y no en provocar conflictos o zancadillas.

Coincidieron en que también hay una transición suave y operativa —por primera vez en la historia reciente— entre el presidente de la República electo y el jefe de gobierno del Distrito Federal.

José Antonio Crespo, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), aseguró que a Felipe Calderón y a Peña Nieto les conviene tener una relación civilizada en la transición del poder.

En tanto, sobre la relación cercana que han formalizado el propio Peña Nieto y Mancera, dijo que ésta se puede extender a otros gobernadores de izquierda. Dijo que los siete puntos con los que ganó el priísta la elección permite a los llamados mandatarios progresistas afirmar: “Aquí ganó Peña Nieto y no tenemos que andarnos escondiendo como lo hizo Marcelo con Felipe Calderón”.

Consideró que es bueno para el país que haya una relación cercana, debido a que no contribuyen en nada las rivalidades o las zancadillas, “ya lo vimos con Fox y López Obrador”.

Para el ex consejero del IFE, Arturo Sánchez, esta buena relación es gracias al marco legal actual que facilita la transición entre partidos, aunque los protagonistas no pertenezcan al mismo instituto político. Dijo que la conformación de equipos de transición es con la obligación de conocer el estado que guarda cada secretaría e ir preparando el arribo.

Ejemplificó la buena relación con la construcción del próximo Presupuesto, el cabildeo de las iniciativas preferentes y las ternas de candidatos para los que podrían ser ministros de la Suprema Corte.

Sobre la transición, mencionó que hay que darle sus méritos a cada una de las partes: el trabajo del IFE fue organizar “bien” la elección; el Tribunal Electoral también desarrolló sus funciones al no invalidar los comicios; y el mérito de que la transición sea tersa corresponde a Calderón y Peña por haber tenido “buen diálogo” y también con Mancera.

Por su parte, el especialista en temas políticos, Leonardo Curzio, consideró que le viene muy bien al país la actitud de colaboración y de Estado con la que Calderón cierra su sexenio, mientras que Peña Nieto trata de allanar todos los caminos, como la relación con la izquierda, para no incentivar conflictos.

Resaltó el reconocimiento implícito de los mandatarios de izquierda y el propio Mancera a Peña para “jubilar estas querellas ideológicas que en 12 años impidieron a la izquierda tener una relación fluida e incluso ventajosa con el gobierno”.

El también politólogo Alberto Aziz dijo que en México no estamos acostumbrados a este tipo de transiciones en buenos términos como en otros países y sólo significa institucionalidad y carácter democrático.

En cuanto a Mancera, dijo, entendió y se acercó en bloque con todos los gobernadores de la izquierda, porque tiene claro que serán gobiernos en diferentes niveles y se van a necesitar para construir acuerdos. “No existe ahora el conflicto que hubo en 2006, en donde sí hubo un distanciamiento entre Ebrard y Calderón que ahora parece quedó resuelto”.

Fuente: El Universal