Andy Murray rompe con maldición británica

Un tenista británico volvió a ganar en Wimbledon desde 1936. El escocés, sembrado número dos del mundo, es el nuevo sucesor de lo realizado por Fred Perry, tras vencer en la Final al líder de la clasificación de la ATP, Novak Djokovic, quien perdió en menos de un mes su segundo Grand Slam en 2013.

La catedral del tenis vio de nueva cuenta a uno de los suyos ganar. El británico Andy Murray se adjudicó ayer por primera vez el torneo sobre césped de Wimbledon, al vencer en la Final al serbio Novak Djokovic, número uno mundial, en tres sets, por 6-4, 7-5 y 6-4, para en menos de un año, saborear la gloria en el All England Tennis Club luego de que en agosto del 2012 consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

Considerado durante mucho tiempo como un “perdedor”, Andy Murray se ha librado de la presión que ahogaba su talento, ganando en un año los Juegos Olímpicos, el Abierto de Estados Unidos y Wimbledon este domingo, un logro que lo ha convertido en héroe de Escocia y de toda Gran Bretaña.

Él había perdido cuatro Finales de Grand Slam hasta que empezó a entrenar el pasado año con la leyenda checa del tenis Ivan Lendl, quien lo convenció de que, pese a todo, debía perseverar.

Los británicos vieron muy pronto en Murray al jugador capaz de poner fin a la interminable espera del sucesor de Fred Perry, el último compatriota que ganó un Grand Slam, en la edición de 1936 de Wimbledon.

El campeón dedicó su victoria a su entrenador checo Ivan Lendl, ganador de ocho torneos grandes, pero nunca de Wimbledon. Desde que empezó a trabajar con él el año pasado, los éxitos han llegado.

Murray se impuso al número uno mundial en tres horas y nueve minutos, en un partido muy intenso que se desarrolló desde el fondo de la pista.

El último juego fue muy tenso, ya que después de desperdiciar tres bolas de partido con 40-0 a su favor, el británico tuvo que salvar tres pelotas de break antes de que Djokovic mandara la bola a la red.

 

Fuente: Milenio