El 21 febrero 1978 se descubrió el monolito de la Coyolxauhqui en el Templo Mayor de la Ciudad de México.
Cuenta el mito, que Coyolxauhqui fue decapitada por su hermano Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra de manera que su cabeza se convirtió en la luna, y su cuerpo fue lanzado por el cerro del Coatepec, por lo que cayó al pie de éste desmembrada, tal como se le puede ver en la escultura localizada a finales de los setenta, en el Templo Mayor.
Dicha mutilación sufrida por la diosa se relaciona con las fases lunares y con el ciclo menstrual, elementos por excelencia femeninos.
La policromía que originalmente debió tener el monolito fue amarillo para el cuerpo, blanco en los elementos óseos que se aprecian debido al desmembramiento, azul en los ornamentos y rojo en el resto.
La gran piedra se encontró en la base de las escaleras del Templo Mayor en febrero de 1978, mientras la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, realizaba excavaciones para el cableado subterráneo. Su descubrimiento desencadeno el inicio de las exploraciones en el Templo Mayor.
