Es el inicio de la mayor renovación de Apple desde 1997, es decir, cuando el consejo de administración que despidió a Steve Jobs decidió ficharlo de nuevo para salvar a la compañía.
La World Wide Developer Conference (conferencia mundial de desarrolladores) o, más claro aún, reunión de informáticos, que comienza hoy en San Francisco, es la cita para que el consejero delegado Tim Cook comience a cumplir lo que le piden fans y tiburones.
Cook anunciará una serie de novedades que acaban con normas sagradas, aunque nunca escritas, de la compañía. Imposibles de adoptar en tiempos de Jobs. Es el caso de cierto aperturismo de su sistema operativo, abrir un mercado de segunda mano de sus iconos, como el iPhone, o implantar un servicio musical con publicidad, y tarde.
Todos esos casos implican rebajar el nivel de orgullo y tomarse una dosis de humildad, inédita en la filosofía Apple y señal indudable, por otra parte, de cierta debilidad en el mercado.
El proceso es similar al sufrido por Microsoft, intratable cuando su dominio absoluto en los pecés significaba también el dominio en la tecnología. Desde que Microsoft dejó de ser modelo a seguir en Internet, en smartphone y en tabletas, es, sin duda, el gigante más tratable y con el que es más fácil de llegar a acuerdos.
Fuente: El País
