En un día soleado amaneces con excelente actitud y te dices a ti mismo “hoy vamos a decir que SI a todo” (ya en otra columna hemos hablado sobre el asunto) pero ¡ALTO! Respira profundo y reflexionemos un poco sobre el tema.
Transitar por la vida requiere tomar decisiones, decir sí a la vida y a lo que nos hace crecer pero de igual forma saber decir NO. Decir SI y aprender a decir NO y asumir los efectos de ambas expresiones determinará nuestras experiencias e irá develando el camino a recorrer.
Gran poder tiene un SÍ o un NO, tal vez a muchos no nos enseñaron a utilizarlas a nuestro favor (incluso podemos sentir miedo de usarlas), sin embargo nunca es tarde para empezar a practicarlas. ¿Pero a qué decir NO?
Podríamos empezar a decir NO a llenar los vacíos emocionales y espirituales con la acumulación de dinero o con cosas que se pueden comprar en alguna tienda. También NO a aquellas cosas que el mercado te vende y que en realidad no necesitas, muchas veces disfrazadas de ofertas y en tentadoras propuestas de “más por menos” (eso incluye la comida saturada de grasa y calorías que no necesita tu cuerpo para mantenerse saludable). Un gran NO a la gente tóxica, a los ambientes tóxicos, aquellos que vulneran tu autoestima, que lejos de contribuir a tu persona minan tu estado de ánimo, alteran de manera negativa tu vida y te restan energía para realizar tus actividades o alcanzar tus sueños.
También olvídate de la pasividad, de la soberbia que te pone unas anteojeras al crecimiento, de la resistencia al cambio, la apatía, la mala actitud (que se va asentando por pensamientos o creencias negativas sobre diversos temas y se refleja directamente en nuestro actuar cotidiano), de la queja constante (expresar molestia por todo), de caer en la rutina.
Que NO tengan espacio en tu vida los recuerdos del pasado que se convierten en marcas dolorosas y heridas vivas en tu presente; el miedo y la culpa que consume los sueños; la angustia al futuro que paraliza y crea monstruos donde no los hay; la desesperanza y la falta de autocuidado (no procurar dormir, descansar y comer lo necesario, no atenderte cuando se presenta una enfermedad y descuidar el arreglo personal).
¿Existirán más cosas a las que decir que NO? Estoy segura de que sí, seguramente tienes tu propia lista sobre aquello que no deseas en tu vida (por ejemplo las enfermedades, la carencia, la intolerancia, los ex’s, la violencia, etc.), toma la decisión de decir que NO a ellas y trabajar por los SI en tu vida, ¿cuándo? Hoy mismo, ¡aquí y ahora!
¡OJO! no es necesario declararles una guerra campal, mostrarse combativo e intolerante ante estas situaciones, simplemente cuando se aparezcan en tu vida pregúntate ¿qué necesitas en realidad para estar bien?, ¿qué puede ayudarte a crecer, a estar sano, a ser feliz? y decide por esa opción. No tienes que pelear con nadie ni con nada (ni fruncir el ceño), sólo decide por ti, sonríe, seguro y de frente di: “No gracias, eso no es para mí, yo cuido de mí”.
Deborah Buiza G.
Terapeuta y especialista en desarrollo humano