En menos de un año, AT&T, la segunda compañía de telecomunicaciones más grande de Estados Unidos, pasó de ser el socio de América Móvil, a convertirse en su principal competidor.
Tras la reciente compra de dos compañías mexicanas, el gigante estadounidense, con fuerte presencia también Canadá, se coloca como el segundo operador por ingresos y el objetivo declarado de explotar su economía de escala hasta convertirse en el primer servicio móvil norteamericano.
El primer movimiento hacia el ambicioso asalto continental ha sido lanzar una tarifa plana para sus clientes con llamadas ilimitadas desde Estados Unidos a México, donde la compañía cuenta ahora con una importante bolsa de clientes.
La compra en noviembre del 50% de Iusacell, el tercer operador mexicano, al magnate Ricardo Salinas por 2,500 millones de dólares y la adquisición de Nextel en enero por 1,900 millones a la quebrada NII Holdings, le ha granjeado cerca de 13,000 nuevos clientes que pasarán a engordar un portafolio de más 400,000 usuarios.
La cuota del conglomerado de Slim en el segmento de la telefonía móvil, a través de su división Telcel, es del 68%, seguido del 20% de Telefónica y el 12% de AT&T. Pero la nueva legislación antimonopolio de México, que penaliza con restricciones al “agente económico preponderante”, propició la decisión de América Móvil de reducir su perímetro al 50% y poner a la venta el resto de activos. Entre los candidatos más sonados para entrar en la operación, que rondaría los 10.000 millones de dólares según Bank of América, estaba precisamente AT&T. Tanto por su tamaño –registró unos beneficios de 6.224 millones de dólares en 2014 pese a una fuerte caída interanual- como por su conocimiento del mercado gracias a su alianza previa con Slim.
Tras las recientes adquisiciones de la empresa estadounidense, a la que hay que añadir su entrada en el mercado audiovisual con la compra de una notable participación en la televisión de pago DirectTV, las apuestas aparecen sin embargo ahora mucho más revueltas. “Nuestra posición ahora es más que suficiente para competir agresivamente en México y ganar mercado, más allá de si América Móvil decide o no vender sus activos”, declaró el director general de la compañía Randall Stephenson en una reciente conferencia con analistas.
Donde sí coinciden los analistas es la amenaza que la llegada de AT&T supone para Telefónica, el segundo jugador por cuota de mercado. “Pese a situarse por detrás en número de clientes, en términos de ingresos por líneas contratadas se coloca como el segundo más importante del mercado y pone en jaque a Telefónica”, apunta Jorge Fernando Negrete, director de la consultora MediaTelecom. En concreto, los 3.2 millones de usuarios captados a Iusacell aportan el ingreso por usuario (ARPU, por sus siglas en inglés) más alto del sector, con 30 dólares, frente a los seis y 11 dólares que promedian respectivamente Telefónica y América Móvil.
Después de Brasil, México es el segundo mercado más grande de Latinoamérica con casi 100 millones de usuarios. La tasa de penetración de dispositivos móviles es, sin embargo de las más bajas de la región. Los 87 dispositivos por cada 100 habitantes quedan muy retrasados con respecto a los 146 de Chile o los 176 de Brasil, o incluso del 93 de Colombia o del 97 de Ecuador, según datos de la OCDE.
¿Quién vencerá ante los consumidores?
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