Autorretratos: historias de periodistas gráficos

Luis Jorge Gallegos reunió las 23 historias que conforman el libro ‘Autorretratos del fotoperiodismo mexicano’, una antología de los testimonios  de importantes fotógrafos y reporteros gráficos en México. El libro fue prologado por Carlos Monsiváis (el texto lo entregó nuestro buen Monsi unas semanas antes de morir) y publicado por el Fondo de Cultura Económica.

Los relatos, escritos en primera persona,  concentran la experiencia de cada uno de los autores: las implicaciones de ser fotógrafo, sus aportaciones personales al medio periodístico, los problemas que han tenido que superar, entre otros.

El grupo de fotógrafos/escritores está dividido en cuatro generaciones: la primera incluye a aquellos que comenzaron su carrera en la década de los 30 del siglo XX, como Rodrigo Maya, Enrique Metinides, Héctor García, Enrique Bordesmangel, Francisco Patiño, Julio Mayo, Faustino Mayo y Walter Reuter. La segunda está conformada por Pedro Valtierra, Omar Torres, Sergio Dorantes, Aarón Sánchez y Christa Cowrie. La tercera la componen Eniac Martínez, Raúl Ortega Frida Hartz, Francisco Mata, Marco Antonio Cruz y Elsa Medina. La cuarta, cuyo trabajo inició en las décadas de los 80 y 90, está conformada por Ernesto Ramírez, Darío López, Daniel Aguilar y Víctor Mendiola.

Valtierra hace un análisis detallado de quiénes son los fotógrafos más relevantes en el país, y da una larga lista de nombres y apellidos; Dorantes, por su parte, habla de cómo dejó la carrera de Diseño para dedicarse a hacer fotos.

El objetivo de Gallegos fue dar a la luz un documento que versara sobre lo que significa ser fotógrafo en México, pues en su opinión ese tipo de material es muy escaso en nuestro país. Planteó, por ello, un cuestionario de 36 preguntas a todos los fotógrafos que aparecen en el libro para obtener más información de su quehacer y oficio. Es un proyecto en el que llevaba trabajando 15 años.

Gallegos asegura que los fotógrafos en México viven de mitos. En el medio hay varias dinastías legendarias, como los Casasola, quienes son admirados por toda la comunidad fotográfica pero nadie, en realidad, sabe quiénes son. Los Valtierra son un caso similar: una familia de grandes fotógrafos.

“Desgraciadamente, somos un gremio que nos cuesta trabajo tener humildad y visión, pensar en largo aliento sin estarnos peleando con lo que hoy somos o ayer hicimos”, Gallegos comenta y enfatiza que el fotógrafo necesita tener un sello propio para, junto a sus colegas, poder gestar un fenómeno fotográfico colectivo.

Para Gallegos es indispensable que los fotógrafos sean humildes, ya que hay quienes presumen de haber revolucionado la disciplina en México. Reconoce que en nuestro país hay excelentes trabajadores, así como muchos ordinarios.

Fuente: El Universal

Foto: Cuartoscuro