Investigadores de la Universidad de Bristol realizaron una investigación en donde se enfocaron en la relación de la forma del vaso y la velocidad con la que se bebe su contenido.
Llegaron a la conclusión de que el alcohol se bebe hasta un 60% más despacio en vasos rectos que en curvos, ya que en estos últimos es más complicado determinar cuánto se ha tomado.
La directora del estudio, Angela Atwood, comentó sobre la intención de las personas de “tomarse con calma” sus tragos y espera que con su investigación se pueda deducir un determinado ritmo de consumo de alcohol.
Para sustentar esta investigación, los científicos manejaron como hipótesis que la percepción del vaso (cuánto has tomado y cuánto falta por tomar) influye directamente en la velocidad con la que se consume el alcohol.