Beneficios post-orgásmicos del “afterplay”

Los “afterplay” son la contra parte de “foreplay”, las caricias y besos que idealmente preceden al coito heterosexual, sólo que aplicado después del orgasmo.

La lógica del orgasmo masculino y femenino entra en juego: los hombres experimentan una caída súbita de la excitación que sin embargo no se dispersa por completo, mientras que las mujeres tardan mucho tiempo más en “bajar” del orgasmo.

Es interesante considerar el sustento ideológico del afterplay. Están funcionando significantes como “after party” (después de la fiesta) y algo así como “jugar después”.

Se trata sin duda de una práctica que alivia la tensión del coito y el orgasmo como evento sumo de consumo dentro de la dinámica sexual al proyectar una temporalidad extendida al acto sexual, como espirales en una sesión de tantra, y puede incluso funcionar para que las parejas conozcan y se adapten a los ritmos orgásmicos de sus parejas.

Vale pensar el “afterplay” como parte de esa tendencia a “des-pornizar” el sexo, las definiciones que se dan en línea del afterplay conciernen a besos, abrazos o incluso duchas compartidas que sin embargo recuerdan demasiado a los foreplays.

Se trata más bien de jugar con los genitales cuando estos se encuentran más sensibles y son más delicados.

Fuente: Pijamasurf