La presea, el más alto reconocimiento que un civil puede recibir de manos del presidente, le fue impuesta a Biden de manera sorpresiva durante una ceremonia celebrada en el salón oeste, en la que Obama despidió al hombre a quien calificó como un hermano.
Como lo hizo el pasado martes durante su discurso de despedida del pueblo estadunidense en Chicago, Obama tuvo palabras de reconocimiento para quien calificó como el mejor vicepresidente que Estados Unidos ha tenido.
“No ha habido un solo momento que haya dudado de esa decisión”, dijo el mandatario al recordar su decisión de nombrar al entonces senador por Delaware como su compañero de fórmula presidencial.
Obama destacó la larga carrera de servicio público de Biden, la cual inició a los 27 años de edad. Dos años después, el político se convirtió en el sexto senador más joven en la historia del país, cuando fue electo como representante por Delaware en la cámara alta.
“Gracias a su consejo, Joe me hizo un mejor comandante en jefe de las fuerzas armadas y en un mejor hombre”, afirmó el mandatario estadunidense.
Cuando Obama anunció que impondría a Biden la medalla, el político de 74 años de edad no pudo evitar las lágrimas y de manera breve dio la espalda a los presentes al no poder ocultar la emoción ante el sorpresivo anuncio.
En su turno, Biden agradeció la confianza depositada en él por Obama y el apoyo recibido, incluso a nivel personal, durante algunos de los momentos más dificiles de su vida.
En particular recordó cómo el mandatario le ofrecio su apoyo económico personal cuando consideró vender su casa para apoyar a su hijo Beau, poco después que éste, aquejado por un cáncer, tuvo que renunciar como procurador de Delaware. El hijo de Biden murió en 2015.