Tras meses de espera, el día de ayer al fin se estrenó “Bohemian Rhapsody” la biopic del que es considerado por muchos como el mejor vocalista masculino de todos los tiempos: Freddie Mercury, líder de la banda británica Queen.
La película narra la vida del cantante desde que trabajaba en un aeropuerto cargando maletas, hasta que conoce a sus compañeros, crean “Queen” y ascienden al éxito. De igual manera podemos ver los baches que hubo en el camino y la manera en la que el éxito llegó a marear a Mercury. “Bohemian Rhapsody” ha divido a la crítica, pues aunque muchos la alaban y celebran la interpretación del actor Rami Malek (que se ve idéntico a Freddie y a nuestro parecer hizo un trabajo excelente), para otros el filme no da la talla para narrar la historia de un personaje tan complejo y tan importante en el mundo de la música como lo es Farrokh Bursala (alias Freddie “f*cking Mercury).
Una de las ventajas de la película es que podemos confiar en la veracidad de lo que vemos, pues los mismos integrantes de la banda, la supervisaron. Por otro lado, uno de sus puntos débiles es que por momentos se vuelve lenta y que también toca de manera muy sutil la vida sexual del cantante, dejando a un lado el empoderamiento de la comunidad LGBT en la década de los ochenta.
No cabe duda que Bryan Singer, quien dirigió las primeras entregas de X-Men hizo un gran trabajo. La recreación de la presentación de la banda en el Live Aid en 1985 es magnífica. Si son fans de la banda, no hay manera en la que no se estremezcan y emocionen durante las secuencias musicales. Poder ver en pantalla grande el proceso de creación de una de las mejores canciones de la historia (o sea “Bohemian Rhapsody”) ya es motivo suficiente para pagar el boleto.
Estamos casi seguros que a Malek, esta interpretación le hará recibir muchos premios y que el mismo Freddie estaría orgulloso de ella, pero mientras eso sucede les invitamos a verla, sean fans o no y aunque a la película probablemente haya optado por irse hacia lo obvio en cuestiones narrrativas, es ese tipo de películas que uno tiene que juzgar con sus propios ojos.