Cada quien tiene lo que se merece… o lo que aguanta

Mila Kunis terminó con Macaulay Culkin y todo el mundo pensó que se había tardado en dejarlo. Si no sabes quiénes son, no te pierdes de nada que determine el futuro económico del mundo; pero si los googleas son un buen ejemplo para esta columna.

Una persona que termina emparejada con alguien que, a ojos externos, no la merece. Ya sea porque es feo (sin lo fuerte y lo formal) o porque representa un lastre para su desarrollo personal o profesional.  Y aunque nadie debería opinar, sabes que hay de 2 sopas; que no duren o que sean infelices en menor o mayor grado.

Parece obvio decir que las parejas deberían ayudarse a crecer, siempre manteniendo un equilibrio para ser individuos completamente funcionales que pueden estar sin el otro pero – y aquí entra la magia- que escogen estar juntos porque les hace bien.

Tu pareja no debería ser una piedrita en el zapato. Es horrible escuchar esposos hablando del otro con tono de burla o hartazgo. Si se estorban ¿por qué siguen juntos? No deberías ir por ahí quejándote de tu situación. Si algo no te gusta, cámbialo.

Hay preguntas muy fáciles para saber si algo anda mal.

¿Cuando él o ella está,  nada es tan divertido?

¿Desde que estamos juntos he dejado de hacer cosas que quiero y me pesa?

¿Siento estrés cuando me llama?

¿Tengo confianza para platicarle cualquier cosa y al hacerlo no hay reprimendas?

Y la definitiva ¿envidias a otras parejas o fantaseas con ser soltero?

Piénsalo, porque podrías aprovechar mejor tu tiempo y tu esfuerzo, o mejor tener una mascota.