La muerte en plena competición del caballo Hickstead, el más exitoso de los últimos años, conmocionó al mundo de la equitación. “Es lo peor que me ha pasado”, dijo entre lágrimas su jinete, el canadiense Eric Lamaze, tras el accidente ocurrido el domingo.
Todavía se desconocen los motivos de la muerte de Hickstead, que se desplomó durante la prueba de saltos de Verona de la Copa del Mundo. La Federación Ecuestre Internacional (FEI) dijo hoy que, probablemente, la causa fue un desgarro en la aorta.
El mundo de la hípica reaccionó consternado a la noticia. “Es totalmente trágico“, dijo el jinete alemán Marco Kutscher, que se encontraba en Verona. “Gracias a dios que no lo he visto porque estaba aún sentado en mi caballo“, añadió el doble campeón de Europa en 2005. “No me gustaría estar en su piel“.
“Era el mejor caballo del mundo“, dijo Lamaze sobre su semental de 15 años, que le había dado la victoria olímpica en la subsede de Hong Kong en los Juegos de Pekín 2008. “Tuvimos un tiempo estupendo juntos“.
Entre todas sus victorias destaca el Gran Premio de Aachen 2010, donde Hickstead llevó a Lamaze, que corría con un pie roto, a la victoria. La organización decidió suspender la carrera de Verona, la cuarta prueba de 12 en la Copa del Mundo. “Fue absolutamente correcto”, comentó Kutscher.
