El cambio de horario, que a partir de este domingo 7 de abril implicará adelantar una hora el reloj, no trastorna el sueño, ni daña la salud, explicó Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, ubicada en el Hospital General de México.
“Esa modificación no afecta. Desde hace más de 60 años esta medida se implementó en otros países, y no ha existido un solo reporte de alteración a la salud, en el estado de alerta o en las funciones mentales”, refirió.
El especialista en neurofisiología clínica y doctor en ciencias fisiológicas, con especialidad en neurociencias, recordó que en días pasados, tras las vacaciones de la semana mayor, varias personas hicieron un ajuste no de una, sino de dos a tres horas, para volver a la escuela o al trabajo.
Al acostarse tarde el viernes, y levantarse el sábado horas después de lo habitual, en la noche del domingo cuesta trabajo dormir temprano, y se dificulta despertar el lunes; el desfasamiento lo viven muchas personas cada fin de semana, y no tiene efectos en la salud, sólo se requiere un ajuste en el ciclo de sueño, posible de lograr en un día.
“El cerebro tiene la capacidad de adaptarse a esos cambios, incluso si son mayores, como ocurre si viajamos a países lejanos de Europa o Asia, donde hay modificaciones de siete a 12 horas, y padecemos el jet lag, que se supera en uno o dos días”, abundó.
Adaptación del núcleo supraquiasmático
Nuestro reloj biológico, llamado núcleo supraquiasmático porque se ubica arriba del quiasma óptico donde se cruzan los nervios de los ojos, es el responsable de las adaptaciones a los cambios de horario, y tiene toda la capacidad para hacerlo.
“Sin la adaptación que tiene nuestro reloj, no podríamos superar las modificaciones al viajar a otros continentes. Es algo que no debe alarmar ni incomodar a nadie, lo recomendable es tomarlo con una actitud positiva”, remarcó.
Haro Valencia consideró que no ayuda a la adaptación la actitud de resistencia que muchas personas tienen para levantarse una hora más temprano entre abril y octubre, por lo que sugirió modificar actividades para adelantar la hora de dormir.
“La vida moderna, con tanta electricidad y tecnología, ha acortado los ciclos de sueño, que en otros siglos eran naturales al anochecer. Lo recomendable es dormir ocho o, al menos, siete horas, para evitar trastornos mayores”.
El horario de verano en México inicia el primer domingo de abril, se adelanta una hora a los relojes de las 2:00 a las 3:00 de la mañana; termina el último domingo de octubre, y se atrasa una hora a los relojes, de las 2:00 a la 1:00 de la mañana.