Cambios en el régimen alimenticio ocasionaron obesidad en México

En el país, la mayoría de la población se alimenta de manera inadecuada y, por lo tanto, está mal nutrida. “Esto ha propiciado una epidemia de obesidad, particularmente en las ciudades”, advirtió Luis Alberto Vargas Guadarrama, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

El crecimiento exagerado de las reservas de grasa de nuestra población es grave, pues con él se incrementa la incidencia de enfermedades como las cardiovasculares y diabetes.

En México, los cambios en nuestro régimen alimenticio, como el consumo excesivo de productos industrializados (con una alta densidad energética) y la sustitución de otros pertenecientes a nuestra comida tradicional, hacen que coexistan los dos aspectos negativos: obesidad y desnutrición.

Muchas especies ya no forman parte de nuestra dieta. Ya no ingerimos quelites, por ejemplo, que contienen más vitaminas y minerales que otras verduras. Y los capulines, tan sabrosos, son difíciles de conseguir porque a nadie le interesa venderlos”.

Un sinnúmero de factores ha originado la mala nutrición entre nuestra población, y la consecuente epidemia de obesidad. Algunos productos, como las sopas instantáneas y los refrescos, se han convertido en alimentos primarios porque la industria ha influido en nuestro concepto de cómo se debe comer. “Hoy, por ejemplo, muchos mexicanos beben refrescos de cola, incluso dos o tres veces al día”.

Vargas Guadarrama coordinó un estudio en Yosotato, en la Mixteca Alta de Oaxaca, que le permitió demostrar que los integrantes de esa comunidad indígena, cazadores-recolectores, llegaban a ingerir alrededor de 200 especies animales y vegetales. “En contraste, los habitantes de las ciudades sólo consumimos entre 50 y 60”, detalló el investigador.

La grasa también cambió para siempre la dieta prehispánica. Desde la Colonia, con la introducción del cerdo, la hemos agregado, junto con los hidratos de carbono refinados. En cuanto al azúcar, no se conocía en Mesoamérica, únicamente se consumía miel de avispas y de maguey.

“Por eso, los restos de indígenas prehispánicos casi no presentan caries. Ahora somos una nación dulcera. Desde que los españoles construyeron ingenios aquí, este ingrediente es parte de nuestro patrimonio alimentario y los padecimientos dentales abundan”, acotó.

Así que la recomendación del especialista es aprender a comer y combinar un alimento de cada uno de estos tres grupos: frutas y legumbres, productos de origen animal, y/o leguminosas ricas en proteínas y cereales. Otra recomendación básica es “comer poco de mucho”.